lunes, 26 de marzo de 2012

Presentación


¡Hola amig@s!, bienvenidos a nuestro blog. Somos seis alumnas de 1º de grado de Maestro en Educación Primaria de la Universidad de Málaga. Os presentamos un espacio que nace como iniciativa de dos de nuestros profesores de la asignatura de Didáctica General, con el fin de encauzarnos en el largo camino de la Educación. Es por ello, que hemos elegido estos seis temas que consideramos relevantes en nuestra futura labor como docentes.

Cada una de nosotras os vamos a mostrar nuestras reflexiones acerca de los puntos elegidos a través de la búsqueda de información, presentación de documentos y realización de entrevistas, por medio de las cuales pretendemos compartir con vosotr@s nuestra visión y nuestro proceso de aprendizaje.

En definitiva: 

Tania nos enseñará la importancia de emprender y desarrollar actividades encaminadas al fomento de la creatividad en las escuelas.

Marina Iglesias indagará sobre la relación de jerarquía o solidaridad entre profesores/as y alumnos/as.

Patri Guerra nos mostrará una visión muy cercana acerca de la diversidad en el aula.

Raquel López nos presentará las diferentes actividades complementarias y extraescolares realizadas en los centros y la importancia que tienen todas ellas en el proceso de aprendizaje de los niños/as.

Remedios Moreno mediante el análisis de la motivación reflejará cómo llegar al corazón de los niños/as, para incentivar su curiosidad hacia el aprendizaje.

Y finalmente, Naty Morón contará los diversos métodos y recursos a utilizar por el profesor en las aulas.




RELATO   
AUTOBIOGRÁFICO




En nuestro grupo contamos con una amplia y diversa variedad de componentes, de distintas edades y procedencias, con múltiples y diferenciadas experiencias educativas, cuya puesta en común nos ha resultado una actividad muy enriquecedora, tanto para entrar en contacto con otros tipos de estrategias, metodologías, actividades y recursos educativos, como para afianzar los lazos de unión, la complicidad y el conocimiento recíproco entre los miembros de nuestro grupo. Para nosotras, la educación está siempre presente en la vida de todo ser humano, constituyéndose en un proceso continuo, constante e infinito.
Cuatro de nosotras procedemos de otras carreras, Filología Hispánica, Estética,  Administración y Dirección de empresas, Derecho, y dos de nuestras componentes estudian 1º del Grado de Educación Primaria como primera carrera. Todas compartimos una profunda y bien consolidada vocación docente, que en la mayoría de nosotras despertó a edades muy tempranas, desde aquellos juegos infantiles en los que simulábamos ser maestras garabateando símbolos aún ininteligibles en pequeñas pizarritas de juguete. Ahora, nos vemos caminando ilusionadas unos pasos más adelante hacia el cumplimiento de ese sueño. Si algo tenemos claro en la vida es que queremos dedicarnos a la docencia. Para nosotras, la docencia no supone sólo una profesión, sino toda una forma de vida, que permite, no sólo servir de apoyo o guía a los alumnos para que desarrollen su personalidad y sus conocimientos, sino poder ser partícipe de una multitud ilimitada de posibilidades de aprendizaje, variadas, diversas e insospechablemente enriquecedoras.
Una vez que se comienza a observar la realidad a través de la perspectiva docente, desde nuestro punto de vista, cambia nuestra concepción del mundo, profundizamos más en hallar los lazos causales y consecutivos que se establecen respecto de los hechos analizados. Uno se preocupa más por encontrar la raíz, el origen, el porqué de las cosas, de manera que sea posible dar explicación de la manera más esclarecedora posible a los grandes y pequeños interrogantes de nuestra realidad. La dificultad no se halla en saber explicar más o menos científicamente un determinado contenido, sino en hacer entender a nuestros alumnos el mundo que les rodea y a sentirse partícipes de él.
Antes de llegar hasta este punto en el que nos encontramos, estudiando 1º del Grado en Magisterio de Educación Primaria, hemos pasado por muchos cursos, muchos grupos, muchos profesores y muchas experiencias, tanto dentro de los contextos propiamente escolares, como fuera de ellos, que han contribuido a forjar nuestras personalidades, nuestros valores, nuestro carácter, nuestra forma de pensar y de actuar, de afrontar retos, de perseguir sueños, así como nuestra capacidad para tomar decisiones y afrontar las consecuencias resultantes de dichas elecciones.
Vamos a comenzar nuestra biografía conjunta haciendo mención a la educación que hemos recibido en nuestro entorno familiar. De manera general, todos los miembros de este grupo coinciden en resaltar la gran labor que han realizado nuestros padres en nuestra educación en valores. Todos se han esforzado al máximo en su trabajo para poder ofrecernos una educación de calidad y nos han educado en el hogar en una cultura del esfuerzo y la satisfacción personal, dejándonos siempre libertad para elegir, pero no sólo a través de la palabra, sino con el ejemplo, puesto que siempre los hemos visto trabajar durante largas jornadas en trabajos muy duros. De nuestra familia nos llevamos los valores y las actitudes que nos han transmitido con su ejemplo: humildad, bondad, generosidad, máximo esfuerzo en todo, cooperación, honestidad, responsabilidad, compromiso, paciencia, tolerancia, respeto, etc.

GUARDERÍA, PÁRVULOS Y PREESCOLAR
“Así comenzaba nuestra aventura educativa…”
A pesar de ser la etapa más lejana para nosotras, son muchos los recuerdos que conservamos de aquella feliz época en las que tuvimos nuestras primeras vivencias educativas e hicimos nuestros primeros amigos.
Aunque tres de nosotras cursamos párvulos y otras tres preescolar, todas coincidimos en la primera impresión que nos causó nuestro primer contacto con el aula de párvulos o preescolar. Aquel momento constituyó una verdadera fiesta para los sentidos, todo lleno de colorido, de dibujos, de juegos, de cartulinas de colores, plastilina y, sobre todo, de compañeros con los que jugar.
En esta etapa infantil, disponíamos de todo tipo de materiales y recursos para el desarrollo de nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, desde cartulinas de colores, lápices, rotuladores, témperas, pizarra, plastilina, arcilla, fichas de dibujos coloreables y recortables, hasta disfraces y juguetes. Nos encantaba pintar las paredes con pintura de dedos y pegar nuestros dibujos en las ventanas, y, luego deleitarnos cantando canciones.
Para motivar a estas pequeñas alumnos, los maestros utilizaban materiales extraídos de la propia naturaleza y del entorno inmediato de los niños como, por ejemplo, hojas de los árboles, y les premiaban, colocándolos en las primeras bancas, o dejándoles elegir un juguete en los momentos de entretenimiento.
Coincidimos en que las actividades más satisfactorias y motivadoras eran aquellas que incentivaban nuestra imaginación, como escuchar las lecturas de cuentos que organizaban los maestros, en ocasiones acompañados de la puesta en escena de graciosas marionetas, o aquellos otros momentos en los que nos disfrazábamos. Nos decían que si nos esforzábamos descubriríamos cosas increíbles a través de la lectura.
También se trabajaban temáticas concretas como el “Día de Andalucía”, festividad en la que se organizaba un desayuno típico andaluz con aceite de oliva y tomate.
Asimismo, nos producía mucha satisfacción ensayar los preparativos para la realización de actividades complementarias, como teatrillos, bailes de los festivales que se celebraban durante el curso.
De este modo, la animación y la participación en el desarrollo del aprendizaje se encuentran muy presentes en esta etapa. Para ello se utilizaba el juego como recurso principal en la realización de todo tipo de actividades.
La llegada del recreo era el momento más esperado del día, pues estábamos ansiosas por salir a jugar al aire libre con nuestros compañeros. El espacio del recreo es fundamental en esta etapa. En todos nuestros centros escolares, los más pequeños disfrutaban de un espacio exclusivo para el recreo, separados de los demás alumnos. En ellos solía haber un tobogán, un columpio zonas de arena, para que pudieran jugar como si estuvieran en el parque. Una de las cosas que más nos gustaba era jugar con la arena.
En esta etapa, los maestros tienen un papel protagonista y fundamental en el comienzo del proceso educativo. Afortunadamente, la mayoría de nosotras hemos tenido la suerte de disfrutar de profesores que han llevado a cabo una gran labor educativa en esta etapa de educación infantil, a pesar de que algunas de nosotras hemos estudiado en ciudades, otras en pueblos, y en épocas diferentes.
Sin embargo, también han existido vivencias negativas. Una de nuestras compañeras, a pesar de haber transcurrido casi treinta años, no ha olvidado a uno de los directores de su centro de preescolar, por su severidad, mal carácter, disciplina y mal genio, frente a la alegría, dulzura y dedicación de las profesoras.
Pero lo habitual era el cariño y la ternura de las profesoras, pues eran mayoritariamente mujeres. Ellas nos consolaban en esos primeros días tan cruciales en los que, por primera vez, nos despegábamos del entorno familiar para pisar un contexto totalmente nuevo y extraño.  Nos curaban las heridas cuando llegábamos magulladas tras sufrir alguna caída durante el recreo y nos leían cuentos que encerraban esas historias tan bonitas y esos mundos de fantasía y ensueño.
Esta misma alumna cuenta otra de sus experiencias vividas en un colegio de  Funes, en la provincia de Asturias, en el que sus padres la escolarizaban algunos meses al año mientras ellos trabajaban en la recogida del espárrago. De ese primer año escolar en párvulos, recuerda a su profesora, quien también les trataba con mucho cariño y atención,  puesto que tenía en cuenta en todo momento que venían de otra Comunidad Autónoma y que tenían que integrarse en un grupo de alumnos que, a esas alturas del curso estaba ya muy formado.
Por tanto, los profesores y profesoras, como hemos dicho, en su mayoría mujeres, han marcado nuestro aprendizaje con su cariño y ternura, convirtiéndose en una especie de prolongación de la figura maternal durante nuestras primeras experiencias en la escuela.
Nuestro paso por Párvulos o Preescolar constituyó para la mayoría de los miembros de este grupo una experiencia satisfactoria, gratificante, divertida, en la que entramos en contacto y entablamos amistad con muchos compañeros, con los que compartimos juegos, risas, actividades y nuestros primeros aprendizajes fuera del entorno familiar.

EDUCACIÓN PRIMARIA:
“Continuaba el curso de nuestro aprendizaje…”

El tránsito de Párvulos o Preescolar a Primaria o EGB, lo asumimos con mucho entusiasmo e ilusión, porque suponía subir un escalón más y pasar al nivel de los “niños grandes”.
En esta nueva etapa educativa empezamos a trabajar con nuevos recursos y  materiales escolares acordes con nuestro nivel de aprendizaje, logrando afianzar y ampliar las habilidades adquiridas durante nuestra educación infantil.
Comenzamos empleando las cartillas de lecturas y, conforme avanzábamos de nivel, ya disponíamos de un libro de texto y una libreta para cada asignatura. Progresivamente, los profesores nos fueron invitando a utilizar libros de lectura, así como diccionarios, enciclopedias y cuadernillos, facilitando dichos materiales nuestro aprendizaje.
Los profesores, para impartir sus clases, utilizaban, primordialmente, libros de texto, y, en algunas ocasiones, nos repartían fotocopias y recurrían al uso del radio-casset, transparencias, diapositivas y películas.
Parece que la asignatura en la que se disponía de una mayor variedad de materiales era Gimnasia. Una de nosotras recuerda el día en que su profesora llevó a clase el equipamiento de rugby; y otra, como una de las actividades destacadas durante aquella etapa fue su participación en un campeonato de hockey. Recuerda como verse tan pequeña con todas aquellas protecciones puestas que le impedían moverse, resultaba muy cómico.
Uno de los aspectos que han marcado positiva o negativamente, nuestro proceso de aprendizaje ha sido la relación profesor-alumno.
En esta etapa, a la mayoría del profesorado le gustaba que los alumnos trabajasen en grupo, potenciando la participación y las relaciones entre todos. Si tenemos en cuenta los distintos años de aprendizaje debido a nuestras diferencias de edad, hay que destacar el método de enseñanza que utilizaron con nuestra compañera Patricia consistente en la división de la clase en distintos grupos, según el ritmo de aprendizaje. Esto implicaba que algunas semanas, los alumnos podían adelantar o retroceder, según el esfuerzo realizado. Este método, lograba la motivación y el esfuerzo de los alumnos, pero también la competitividad entre ellos.
En Primaria o EGB, los maestros, para fomentar la motivación de los alumnos, les premiaban con regalos (caja de rotuladores) o concediendo puntos positivos, a aquellos alumnos que antes lograran aprenderse algún contenido o que mejor se lo supieran. Asimismo, era muy frecuente el empleo de canciones para incentivar el deseo de aprender. Por ejemplo, la mayoría de las componentes de este grupo hemos aprendido la tabla de multiplicar mediante una canción, lo que nos resultaba muy divertido.
Algunos maestros también recurrían a hacer pequeñas bromas para llamar la atención de los niños, bien cuando estábamos distraídos, bien cuando presentían nuestro aburrimiento.
Otros métodos de trabajo, era el estudio de poemas y versos para recitarlos posteriormente en clase, todos dirigidos al desarrollo de la capacidad memorística.
En todo caso, durante la educación primaria, los maestros siguen potenciando el método de trabajo grupal para la realización de todo tipo actividades en clase: concursos para ampliar vocabulario, debates para fomentar las aptitudes de expresión y razonamiento de los niños y el respeto hacia las opiniones de los demás.
En primaria se va estabilizando el género de los profesores, pero sigue siendo mayoritariamente el femenino.  En algunos casos, se produce un acercamiento entre los profesores y los alumnos, pero teniendo siempre presente el respeto y las diferencias que les distinguen por su profesión y edad.
Algunos de ellos participaban en las actividades con los alumnos, disfrazándose o cantando villancicos o chirigotas con ellos, apreciándose, de este modo, una gran dedicación e implicación con el alumnado y, asimismo, colaboración con los padres en las actividades complementarias. Todo ello contribuía a que los alumnos depositaran su confianza en los profesores considerándoles un gran apoyo.
Uno de los profesores especialmente recordados por una de las responsables de este blog, por su paciencia y cariño, consiguió que sus alumnas confiaran en él, haciéndole partícipe de sus dudas y necesidades. Este profesor consiguió que las alumnas se unieran y disfrutaran de su educación durante estos años. Cambió la concepción que ellas tenían de la escuela dándole un sentido más agradable, haciendo que olvidaran otras experiencias negativas vividas, y, lo más importante, logrando el respeto de todas sus alumnas.
Otra de las profesoras recordadas con mucho cariño por una de nosotras, lo es por su dedicación e implicación con sus alumnos. Como sabía que la mayoría de los padres de los alumnos procedían del ámbito rural y no tenían tiempo para realizar preparativos para las actividades complementarias, ella misma se ocupaba de elaborar los disfraces para el desfile que se hacía ese curso por el pueblo con motivo del carnaval.
Por el contrario, otros profesores también nos han marcado, pero lo han hecho por su carácter estricto y la imposición de castigos sin recreo por cometer faltas de ortografía, equivocarnos en un ejercicio o tener otros sin hacer. Sin embargo, a pesar de su dureza, conservamos buenos recuerdos de este tipo de profesores por sus buenas enseñanzas y por lo mucho que aprendíamos con ellos.
Algunas de estas medidas disciplinarias, como lanzar un “tiza voladora” a un alumno, provocando las risas de los compañeros, expulsarlo de clase o hacerle esperar en la puerta del aula hasta la finalización de la clase, hoy en día no tendrían cabida en nuestro sistema educativo.
Un aspecto a destacar en comparación con la educación infantil, es que en los primeros ciclos de primaria existía un solo profesor por aula, y ya en el tercer ciclo un profesor para cada asignatura. Sus exigencias aumentaron, ya que, en los años próximos, se iba a producir un gran cambio en nuestras vidas, un gran salto a los estudios secundarios.
En algunos casos, durante el tercer ciclo, un profesor daba dos y hasta tres asignaturas o incluso, una materia de la que no tenía el conocimiento adecuado, dada la ausencia de profesores suficientes. A título anecdótico, una de nosotras recuerda como su profesor de lengua impartía, con muchas dificultades, la asignatura de lengua extranjera. El profesor hacía lo que podía pero su pronunciación siempre provocaba las risas de los alumnos.
De este modo, en esta etapa, ya hacemos referencias expresas a profesores concretos cuyos nombres no olvidaremos porque han marcado nuestras vivencias. La mayoría de las referencias a estos profesores se hacen desde el cariño, aunque algunos de los profesores que nos han marcado tienen en común su buen hacer pero también su carácter disciplinario y estricto.
En lo que concierne a la diversidad del alumnado, en nuestras escuelas la misma también ha estado presente. Una de nosotras cuenta como, para fomentar la interculturalidad y la inclusión, se invitaba a los niños procedentes de otros países a que llevaran a clase juguetes de sus lugares de origen para explicar a los demás cómo los utilizaban. Se trataba de alumnos procedentes de Colombia, Bolivia y China, a los que acogíamos con mucho cariño sin hacer distinciones de ningún tipo.
Una de nuestras compañeras, compartió aula con un alumno con necesidades educativas especiales por motivos psicofísicos, Daniel; y otra, pudo disfrutar de tener una compañera con síndrome de down, Marta.
Otra compañera estaba en silla de ruedas. Todos los alumnos se volcaron con ella durante toda la etapa educativa que compartieron hasta su graduación. Esta alumna, incluso, estaba apuntada a baile, cosa que era de admirar. Pero lo que más recuerda nuestra compañera es a ese padre que la llevaba y recogía del colegio cada día, luchando diariamente por su hija. Esto fue lo que más le marcó. Es de destacar que una niña tan pequeña fuera capaz de ver el esfuerzo y mérito del padre.
Tratábamos a estos compañeros como a los demás, o, con más cariño, pues los niños no veíamos las diferencias que muchos adultos sí.
En estos años, el recreo también representaba un momento fundamental cada día. En unos casos nos permitían jugar con balones y combas, en otros, nos las ingeniábamos como podíamos utilizando los embases como pelotas. Durante esta etapa educativa, la originalidad estaba presente en todo momento, y, por supuesto, en el juego.
En los recreos también se organizaban actividades como pequeñas liguillas y campeonatos de diferentes deportes. Era en los recreos cuando pasábamos los mejores momentos de risa con los amigos.
Sin embargo, las experiencias que más satisfacción provocaron entre los miembros de este  grupo, durante su paso por Primaria o EGB, fueron las relacionadas con actividades complementarias o extraescolares, concretamente, las fiestas que se organizaban a final de curso. Siempre constituía un elemento motivador cambiar el aula como espacio de enseñanza-aprendizaje ordinario, sustituyéndolo por otro espacio bien dentro del centro o fuera del mismo.
De este modo, los festivales y teatros de fin de curso representaban algunos de los recuerdos más divertidos de aquellos años. Con la ayuda y dirección de los profesores preparábamos murales con alumnos de distintas clases y ensayábamos con entusiasmo las obras de teatro, llevando a escena, cuentos populares que adaptábamos al mundo actual. Estos momentos serán siempre inolvidables.
Es de destacar en esta etapa la gran variedad de actividades extraescolares a las que nuestros padres nos apuntaban: baile, inglés, gimnasia rítmica, cerámica, y otros deportes. Ello suponía la participación posterior en exhibiciones y los festivales de fin de curso lo que despertaba en nosotras nuevas sensaciones como nervios y vergüenza. La elección de estas actividades ya iba mostrando nuestras preferencias educativas.

SECUNDARIA:
“Empieza el camino hacia una nueva etapa…”

Comienza un sistema educativo distinto donde el apelativo “Profesor/a” o “Maestro/a” era sustituido por el nombre de la persona. Sin embargo, otros profesores no permitían que les quitáramos el “Don” bajo ningún concepto.                    
Ya en Secundaria, disponíamos de gimnasio, talleres de tecnología, un amplio salón de actos, una biblioteca, varias pistas deportivas, laboratorios de ensayo, un laboratorio de idiomas, y una amplia y completa aula de informática, además de otras aulas para la realización de diversas actividades como pintura, fotografía o cocina. Una de las novedades es que había servicio de fotocopias y, lo mejor de todo, ¡una cafetería!
En esta etapa, comenzamos a trabajar con nuevos instrumentos como la calculadora científica y, en algunas asignaturas, como tecnología, manejábamos cables, enchufes, bombillas, pilas, para realizar circuitos eléctricos; chapón, segueta, para realizar trabajos de marquetería, etc. Algunas de nosotras, aún tímidamente, y otras con mayor asiduidad y habilidad, nos íbamos iniciando en el manejo de recursos multimedia, como enciclopedias digitales.
Nuestra compañera Raquel, una de las más jóvenes creadoras de este blog, ha tenido la posibilidad de aprender por medio de metodologías muy variadas, utilizando ordenadores portátiles y el cañón, algo que todavía no estaba a disposición de las que somos un poco más viejas ¡je!
Algunos de nuestros institutos contaban con una Revista del centro, elaborada por los propios alumnos quienes participaban en la realización de artículos y reseñas, e incluso por antiguos alumnos del centro.
Los principales recursos para motivar a los alumnos era premiarnos con puntos positivos por la participación en clase y por la realización de trabajos voluntarios. A pesar de lo poco motivador de estas medidas, los alumnos participábamos activamente.
 Por el contrario, especialmente motivadoras y satisfactorias nos resultaban los concursos de poesía, de dibujos, etc. A todas nos entusiasmaban las actividades que se organizaban durante la Semana Cultural: la elaboración de stands de muestreo, la realización de actividades deportivas al aire libre, las representaciones teatrales a cargo de los alumnos de Cultura Clásica, la asistencia a conferencias, etc.
La mayoría de los profesores y maestros utilizaban el método expositivo en sus clases, y se regían a través de preguntas sobre los contenidos de los temas. Una de las integrantes de este grupo, recuerda que el método que utilizaba uno de sus profesores era recopilar grabaciones y testimonios de personas que corroboraran los conocimientos impartidos; otra, destaca que le pareció muy interesante el planteamiento de una parte de la asignatura de Historia como una competición o especie de concurso sobre conocimientos de Andalucía.
Entre las actividades más novedosas, podemos citar el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje a través de un proyecto y mediante exámenes orales de cada tema, prescindiendo del examen escrito. Además, cada grupo debía investigar sobre un tema determinado, elaborar un trabajo y realizar una exposición oral en clase. Un método de enseñanza muy útil para el desarrollo de la expresión oral y para perder miedo a hablar en público.
En la asignatura de Física y Química, lo más motivador era la realización de prácticas en el laboratorio, mediante la manipulación directa de materiales e instrumentos.
Otra actividad que una de nuestras compañeras recuerda fue la elaboración de una película en la asignatura de Información y Comunicación, sirviendo, especialmente para afianzar los lazos sociales entre los miembros del grupo.
Nuevamente, la relación profesor-alumno es fundamental. Los profesores destacaban por su cercanía. De forma especial, recordamos con cariño a los profesores de Historia. Por todos es sabido que las clases de historia se hacían muy pesadas y duraderas, pero nuestros profesores las hacían mucho más amenas.
Sin ninguna clase de duda, a nuestra compañera Reme, los profesores que más le han marcado han sido los que le han impartido la asignatura de Lengua Castellana y Literatura. En esta etapa, recuerda a su profesor de 4º de ESO porque siempre les animaba y les incentivaba para que diesen rienda suelta a su imaginación y creatividad. Le encantaba oírle recitar poemas porque tenía una sensibilidad exquisita y le transmitió su pasión sincera por las letras. A este profesor, le debe, en gran parte, su pasión por la poesía y por la escritura con intención literaria, ya que siempre le animó a que desarrollara su faceta creativa.
Pero no todos los recuerdos son buenos. Algunos profesores han marcado nuestra vida por su forma de tratarnos, como aquellos que no aceptando la diversidad de las aulas, acentuaban las desigualdades existentes entre los alumnos.
Dejando atrás las malas experiencias, con carácter general, nuestros recuerdos de las relaciones con nuestros profesores son positivos pues todas hemos disfrutado de unos docentes implicados al máximo con sus alumnos y alumnas. Siempre hemos contado con ellos para todo, tanto en lo relacionado con los temas académicos como en los temas personales.
 Nosotras mantenemos un gran respeto a los profesores y profesoras, dando gracias por la labor realizada por todos ellos con nosotros. Por su ayuda y colaboración se puede afirmar que estamos en la Universidad.
Uno de los aspectos que con más cariño recordamos son las actividades complementarias y extraescolares. Con el transcurso de los años, dado que las creadoras de este blog pertenecemos a distintas generaciones, hemos podido observar una evolución en el uso y variedad de estas actividades, incrementándose el uso de las mismas en las etapas educativas más modernas.
La evasión de las aulas por unas horas mediante la realización de actividades que combinaban la diversión y la educación, eran la mejor combinación para el aprendizaje.
Destacar el ansiado “viaje de fin de curso” porque, por primera vez, viajábamos solas sin nuestros padres, disfrutando de nuestra autonomía y libertad.
En algunos de los centros de enseñanza en los que hemos estudiado, se aprovechaban los periodos vacacionales como Semana Blanca o Semana Santa para realizar intercambios de alumnos con centros escolares de otros países.
En general, todos hemos pasado por colegios donde se realizaban multitud de actividades y dinámicas donde el aprendizaje no se adquiría únicamente dentro del aula, sino también fuera de ella.
El recreo en Secundaria cambió radicalmente, pues ya éramos adolescentes y no jugábamos y correteábamos por el patio del colegio como en la EGB o primaria, sino que solíamos agruparnos en grupos con nuestros amigos y amigas en una parte concreta del patio para charlar y contarnos nuestras cosas, con los cual los lazos de amistad se unión y se afianzaban.
Las amistades siempre han supuesto un pilar fundamental, tanto dentro como fuera del colegio. A lo largo de nuestros estudios hemos forjado buenas amistades compartiendo momentos de todo tipo, desde los momentos de juego a aquellos otros de de arduo estudio y, por supuesto, nuestros primeros amores.
Desde nuestra experiencia, podemos decir que las buenas y verdaderas amistades comenzaron en la etapa de educación infantil y primaria, pero fue en el instituto donde hicimos los amigos que conservamos a día de hoy. Fue en esta etapa donde se consolidaron nuestras amistades, perdurando, muchas de ellas hasta el día de hoy. Algunas de nosotras compartimos una gran amistad desde la infancia que ha llegado a alcanzar el acceso a la Universidad, al haber compartido estudios de carrera.
Al finalizar una etapa escolar o bien por motivos laborales de nuestros padres, algunas nos hemos visto obligadas a cambiar de colegio, con lo cual perdíamos el contacto con nuestros pequeños amigos. En ocasiones hemos mantenido el contacto con las buenas amistades y, en otras, aunque nos separamos después de preescolar, nos hemos reencontrado en el instituto. Las más mayores de nuestro grupo, incluso, hemos vuelto a coincidir con antiguos compañeros del colegio quienes han resultado ser amigos de nuestras parejas actuales.

Hoy, tenemos la suerte de mantener el contacto con algunos de ellos y conocer el paradero de muchos otros, aunque no guardemos una estrecha relación, gracias a las redes sociales, ya que a través de ellas es posible la comunicación con muchos de ellos.
No podemos olvidar uno de los momentos típicos de esta edad, la realización de   actos rebeldes como, por ejemplo, fumar a escondidas.  Era una anécdota habitual que los alumnos se escondieran en el colegio o en alguna zona de reunión para escapar de los profesores y despejarse un rato fumando a escondidas.
Si hacemos una evaluación de esa etapa, estamos de acuerdo en que todo ha sido maravilloso, por lo que podemos decir que hemos sido muy afortunadas durante nuestra educación secundaria. Incluso, hay profesores con los que hoy día mantenemos una bonita relación ya que siempre han sido profesores/as muy cercanos, y, a la vez han sabido hacernos ver dónde estaban los límites, propiciando un adecuado y buen ambiente en clase.
En general, se puede decir que nuestro paso por Secundaria fue muy satisfactorio, en esta etapa hicimos muy buenas amistades que aún hoy seguimos conservando y que vivimos experiencias muy enriquecedoras para nosotras desde el punto de vista intelectual, personal, ético y humano.

BACHILLERATO Y MÓDULOS:
“Se acercaba la selectividad…”

Durante el Bachillerato, destaca la insistencia de algunos docentes al impartir su asignatura, pues diariamente preguntaban la materia que se había tratado el día anterior, lo que obligaba a los alumnos a estudiar diariamente. Gracias a esa constancia, apenas necesitaron repasar la materia aprendida para la realización de la gran prueba de selectividad.
En esta etapa, la metodología cambia por completo, los controles por unidad didáctica son sustituidos por exámenes trimestrales. Tuvimos que modificar nuestras técnicas de estudio, pasando de estudiar un día antes a una semana antes.
Los módulos también supusieron un cambio significativo en nuestros métodos de estudio, por medio de muchas prácticas y demostraciones.
A pesar de lo duro que pudo resultar finalizar el Bachillerato y superar la selectividad, el esfuerzo mereció la pena para todas nosotras al haber logrado acceder al grado universitario deseado. Asimismo, la relación con los profesores ha sido muy positiva, destacando el apoyo prestado, su paciencia y comprensión durante el último año.

UNIVERSIDAD:
“Una docencia diferente…”
En el caso de las alumnas que procedemos de otras carreras, nuestro paso por la Universidad ha estado marcado por la escasez en la diversidad de recursos empleados por nuestros profesores. Se limitaban a dictar apuntes o a dejar fotocopias en reprografía, y algún profesor hacía uso del proyector de transparencias. Desgraciadamente, también era frecuente que algunos profesores dieran la materia por impartida, teniendo nosotras que manejar de forma autónoma todo tipo de bibliografía, por lo que acudíamos con asiduidad a la biblioteca de la Universidad.
Las distintas facultades de la Universidad en las que hemos estudiado contaban con mejores instalaciones en relación a los espacios de los otros niveles educativos, puesto que disponían de una inmensa Aula Magna, una completa sala de ordenadores, una biblioteca y hemeroteca estupendas, y una gran cantidad de aulas y de espacios al aire libre, así como de servicio de reprografía y de cafetería.
La motivación extrínseca por parte de bastantes profesores era, desafortunadamente, inexistente, por lo que la única motivación que nos movía a alcanzar los aprendizajes era la intrínseca, la que procedía de nuestros propios deseos de avanzar en nuestro proceso de enseñanza-aprendizaje, lograr nuestro título y dedicarnos a la profesión que habíamos elegido.
En cuanto a la metodología, destaca, sorprendentemente, la inexistencia de exposiciones orales durante la carrera, y la decepción del curso de educación formal del CAP, que, aunque orientado a desarrollarlas habilidades de los futuros profesores, distaba de lograr sus objetivos.
Pero, con especial cariño y emoción, recordamos el momento de nuestra graduación, rodeados de nuestros seres queridos y compañeros de camino, durante los años de carrera.
En la Universidad de Ciencia de la Educación, en el primer curso del Grado de Maestro en Educación Primaria que nos encontramos cursando, estamos aprendiendo nuevas formas de aprendizaje, más dinámicas y prácticas, en las que se persigue el trabajo cooperativo, la práctica de la exposición oral, la elaboración de actividades creativas y originales, las cuales nos están resultando muy motivadoras y nos están enseñando estrategias de gran utilidad para el desarrollo de nuestra futura labor docente.
Además, una reflexión sobre estas técnicas y metodologías y aptitudes de los profesores han conseguido incentivar nuestro aprendizaje, permitiendo detectar aquello que no funciona en nosotros y que deberemos desterrar de nuestra actividad docente.

“Concluiríamos que…”

Todas hemos tenido la suerte de encontrarnos a lo largo de nuestro paso por  Primaria o EGB y el Instituto, con algún docente que nos ha marcado positivamente, por su labor realizada e implicación con cada una de nosotras, ya fuera en ámbito escolar o personal. Gracias, en gran medida, a este tipo de docentes estamos aquí cursando el Grado en Educación Primaria, porque ellos para nosotras son un ejemplo a seguir, son el tipo de docentes que pretendemos ser, docentes que se impliquen con su alumnado y que los apoyen y les den la confianza que necesitan para que aprendan a la vez que disfrutan.
Desde siempre nuestros padres han procurado darnos una educación basada en el esfuerzo y la satisfacción. Se han esforzado para que tuviéramos la oportunidad de estudiar y de tener una buena calidad de vida en el futuro. Nos han educado a través de la cultura del esfuerzo, pero no sólo a través de la palabra, sino con el ejemplo.

A lo largo de nuestra etapa educativa, tanto en infantil, primaria, secundaria, bachillerato y la universidad, hemos aprendido que todo conocimiento es útil y que todo esfuerzo que se emprende, tarde o temprano, da frutos que mejoran la vida.
Y hemos aprendido la importancia de tener valores: la igualdad, ya que el hecho de pertenecer a otras razas, etnias, o a diferentes núcleos culturales y religiosos no conlleva el ser diferentes; el respeto, es decir, saber cual es tanto la posición de los alumnos, como la del profesor; la solidaridad, la responsabilidad y la perseverancia, ya que mediante el esfuerzo se puede conseguir lo que uno se propone.
Han sido años en los que hemos trabajado mucho, pero en los que sobretodo, aprendimos y nos divertimos, de modo que podemos recordar dicha etapa de nuestras vidas, como momentos buenos y felices.