martes, 19 de junio de 2012

Unas reflexiones claves...



¿Se puede saber ser maestro antes de ser maestro?

Si atendemos a la concepción de la figura del maestro en un sentido amplio, podemos indicar que se puede ser maestro sin necesidad de tener una titulación que nos valide como tal, ya que el aprendizaje no se produce exclusivamente en los contextos escolares, sino que tiene lugar en todo tipo de entornos extraescolares, en todo ámbito social y empírico en el que el alumno tenga la posibilidad de participar, bien como testigo, bien como protagonista. Los padres educan y enseñan a sus hijos en el ámbito familiar, por lo que están desarrollando una labor docente, sin que para ello se les requiera titulación, enseñan a sus hijos de forma natural y espontánea, sin elaborar una programación u organización previa de los contenidos, sin reflexionar o meditar sobre las estrategias metodológicas más adecuadas para transmitir sus enseñanzas, sin establecer criterios de evaluación, ni delimitar competencias básicas. El aprendizaje tiene lugar en los espacios más inesperados, en los momentos más insospechados, en aquellas situaciones en las que una persona adulta sirve de modelo o transmite sus experiencias y conocimientos a los niños/as.
Desde nuestro punto de vista, es necesario contar con unos conocimientos teóricos para contar con los recursos necesarios para saber afrontar las diversas y diferentes situaciones educativas que nos podemos encontrar en el aula. No obstante, en nuestra opinión, la teoría, tristemente, no se corresponde con la práctica real en las aulas, por lo que resultaría de especial necesidad analizar el ámbito práctico de la docencia para poder establecer una relación directamente vinculada con los casos particulares que tienen lugar en los espacios escolares, es decir, en definitiva, con la realidad actual de nuestros alumnos.
La formación del docente debería relacionar desde el primer momento en el que se inicia el ámbito práctico y el ámbito teórico, de manera que los estudiantes puedan observar en primera persona la efectividad de los presupuestos teóricos que se analizan en el ámbito académico, y les sirva para ofrecer propuestas de mejora en el plano de la teorización. De este modo, la conexión entre la práctica y la teoría permitiría una actualización constante de la sistematización educativa, promoviendo su adaptación constante a los continuos cambios sociales que se producen de una manera tan rápida y que se reflejan en las escuelas con un evidente desfase temporal.
¿Qué escuela queremos para la sociedad en la que vivimos?

Sin recaer en la idealización de utopías irrealizables, sino partiendo de una reflexión anclada en criterios objetivos, desde nuestro punto de vista, la escuela que queremos para la sociedad en la que vivimos tiene que adaptarse a la realidad social, económica y política de nuestra actualidad. Para ello, sería necesario que se estableciese una conexión más profunda entre la teoría y la práctica docente, en el sentido más extensional de esta relación. La interacción y el mutuo feed-back o retroalimentación entre los contenidos epistemológicos y la realidad inmediata del alumnado constituye o debe constituir un objetivo fundamental y un criterio metodológico esencial, para que el aprendizaje llegue a ser un verdadero proceso significativo para al alumnado. La conexión entre teoría y realidad no debe plantearse únicamente entre los contenidos epistemológicos y el contexto de interactuación o de interés del alumnado, sino que también tienen que establecerse importantes lazos de unión entre la institución de la escuela y las familias, así como con los ámbitos profesionales y los diversos sectores que constituyen nuestra sociedad, de manera que la escuela pueda constituir, realmente, una institución que sepa dar respuesta a las demandas efectivas de la sociedad, y pueda contribuir desde el común esfuerzo a conseguir el bien común social.
Por otro lado, deseamos una escuela que esté conectada a nivel internacional con el resto de Europa y demás continentes, de manera que desaparezcan las barreras idiomáticas que impiden la constitución de una macro-sociedad de marcado cariz intercultural, en la que exista una mayor comprensión y tolerancia hacia la diversidad, y en la que la comunicación se constituya en principal cauce para superar de una manera cooperativa transoceánica problemas, especialmente en nuestra actualidad, de índole económica, social o de otro tipo.
Deseamos una escuela en la que la equidad entre todos nuestros/as alumnos/as sea un hecho y no una mera intención benevolente, es decir, la escuela tiene que ofrecer más a quien más lo necesita, elaborando programas de compensación más adecuados a las necesidades de nuestro alumnado, reforzando el número de maestros y especialistas para ofrecer una enseñanza más particularizada a los alumnos/as. Esa equidad no debe reflejarse sólo en un aumento material de recursos y de personal, sino que también debe manifestarse en la adaptación de la metodología, las estrategias y criterios de evaluación, en relación a aquellos alumnos que requieran adaptaciones curriculares.
Queremos una escuela en la que todo tipo de actividad que se realice vaya orientada a fomentar el deseo de aprender y la curiosidad en nuestros/as alumnos/as, en la que la motivación constituya un principio metodológico fundamental, para que de esta manera nuestros alumnos cuenten con los conocimientos y estrategias necesarias que les proporcionen la capacidad reflexiva suficiente como para poder adoptar una actitud crítica ante todo tipo de sugestión o intento de coartar sus libertades y derechos con los que se encuentren durante el desarrollo de sus experiencias vitales.
Queremos una escuela en la que el alumnado ostente un papel activo y participativo en la construcción de sus propios conocimientos, de manera que sea cada vez más autónomo y se pueda desenvolver de una manera adecuada y libre en la sociedad actual. Además, la escuela debe potenciar la creatividad de los alumnos, dejarles un margen adecuado de responsabilidad en la elección de su actuación, de manera que los alumnos desarrollen su capacidad reflexiva y emprendedora, para que puedan contribuir en el futuro a la creación de elementos que mejoren la calidad de vida de la sociedad en general, comprometidos con el bien común y con la igualdad de oportunidades.
La escuela debe presentar un interés especial en la educación en valores, ya que si los padres no pueden ofrecer este tipo de educación a sus hijos, somos los maestros los que debemos llenar esas carencias de nuestros alumnos, fundamental y especialmente a través de la prédica con nuestro propio ejemplo como modelo de conducta.
La escuela debe dejar de dar importancia a la calificación y empezar a dotar del valor que se merece al desarrollo de aprendizajes consolidados de manera duradera, puesto que la calificación sólo sirve para generar desigualdades y frustraciones en nuestros alumnos/as, para crear etiquetas, en la mayoría de las ocasiones desmotivadoras para los mismos. En nuestra opinión, resulta de mayor importancia el proceso que el resultado final, puesto que en una única prueba final no se pueden medir todos los conocimientos, estrategias, procedimientos, valores y actitudes que han adquirido los alumno/as a lo largo del desarrollo de sus aprendizajes.

¿Existe un método para pensar qué hacemos en clase la semana que viene?

            Todo curso requiere una planificación y para ello los docentes elaboran a principio de curso las programaciones y unidades didácticas que seguirán a lo largo del mismo. Ello debe ir acompañado de una adecuada preparación de las clases que debe realizarse con la suficiente antelación con el objeto de prever qué recursos serán necesarios, qué herramientas querrán utilizar y cuál es la metodología más indicada para impartir una determinada materia.
El profesor es el guía de este proceso de enseñanza-aprendizaje en el que se encuentran inmersos los alumnos, de modo que debe ser él el responsable de encontrar el método de trabajo más apropiado, debiendo tener en cuenta para este fin factores muy importantes como son los objetivos perseguidos, los contenidos que se van a trabajar y las características de cada uno de los alumnos.
Por ello, no se trata de que exista un método concreto y determinado al que los profesores puedan recurrir para preparar cada clase, sino que deben tener la suficiente formación, creatividad y originalidad y, ante todo, motivación, para saber cómo sacar el máximo provecho a una clase, y ello con la única finalidad de que los alumnos adquieran un verdadero aprendizaje.
En todo caso y, no obstante se deba respetar la programación didáctica fijada para un determinado nivel, la aplicación estricta de la misma deberá depender del ritmo de aprendizaje de los alumnos. Por ello, cualquier hipotético método de planificación deberá poder ser revisado y modificado en función de las necesidades educativas y el ritmo de aprendizaje de los estudiantes.

            ¿Qué vale la pena enseñar en la escuela?

            Después de una buena reflexión entre nosotras sobre esta pregunta, hemos pensado que el currículum escolar aporta grandes conocimientos y que puede ser ampliado o mejorado, pero que lo primordial de la enseñanza es como proyectar  su metodología y es ahí, donde debe basarse el cambio, sobre todo en la implicación y  procedimientos que debemos de  utilizar en la enseñanza  a los/as niños/as.

            Una de las clases de Miguel, se basó en demostrarnos como se puede trabajar todas las competencias con una  metodología basada en un  proyecto de investigación del día a día, programando una excursión donde se elaboraba todo un gran planteamiento de habilidades, destrezas y  conocimientos. Utilizando, cada una de las competencias desarrolladas en el currículum escolar, partiendo de este proyecto los alumnos y alumnas trabarían con gran participación, analizando y procesando todo un sistema de búsqueda personal y en grupo, con la consiguiente implicación de todas las áreas educativas y también, con el proceder de la vida cotidiana, que es lo que se van a encontrar el día de mañana cada uno de ellos.

            Partir de estos proyectos de investigación el alumno/a, desarrollarán habilidades, actitudes y estrategias, que  potenciarán su motivación e involucran, haciéndoles más cooperativos, participativos y  menos competitivos. Con ello, se demuestra que vale la pena enseñar, cómo enseñar  y cómo afrontar los problemas, situaciones que la vida nos plantea diariamente y que ellos, son capaces de resolverlos, primeramente con apoyo profesional y pedagógico y luego, lógicamente cada uno por sí mismo,  sin olvidar el apoyo familiar y social, de cada uno de ellos.

Las competencias básicas ¿son una ayuda o un estorbo?

Las competencias básicas son una especie de claves “integran” los conocimientos (conceptos, hechos y principios), procedimientos y actitudes necesarios tanto para la vida actual como para el futuro académico y profesional.

Las competencias básicas ayudan a definir qué es lo más importante y al hacerlo, se alejan de forma clara de los llamados contenidos específicos, ya sean máximos o mínimos.

§                       § Las competencias básicas, a diferencia de los contenidos específicos, son permiten la realización y el desarrollo personal a lo largo de la vida, la inclusión y la participación como persona, ciudadanos activos y el acceso a un puesto de trabajo en el mercado laboral.
§                       § Se aplican en múltiples situaciones y contextos para conseguir distintos objetivos, resolver situaciones o problemas  variados y realizar diferentes tipos de trabajos.
§                       § Son transversales e interdisciplinares a las áreas y materias curriculares porque su aprendizaje no es exclusivo de una de ellas.
§                       § Son integradoras, a diferencia de los contenidos específicos, porque combinan conocimientos (“saber”), destrezas (“hacer”) y actitudes (“querer”).
§                       § Y son dinámicas, porque la competencia de las personas carece de límites en su crecimiento y se construye a lo largo de la vida.

A partir de estos puntos creemos conveniente considerar que la enseñanza y el aprendizaje de las competencias básicas no se reduce al currículo pues hay otros ámbitos en la vida de los centros docentes que facilitan su progresión y desarrollo.
En este sentido, la participación en la organización y funcionamiento de los centros, la práctica de la convivencia, las actividades extracurriculares y complementarias y las distintas actuaciones y relaciones con el entorno ofrecen una multitud de ocasiones para ofrecer al alumnado escenarios reales de aprendizaje.

Existe otra razón que, por sí misma, justifica la incorporación de las competencias básicas al currículo y ésta, no es otra que la de contribuir a facilitar la puesta en marcha del  modelo de escuela inclusiva. La escuela que apuesta por enseñar lo importante, renuncia a utilizar el saber como instrumento de selección del alumnado y pone los medios para hacer posible que la calidad educativa alcance a todos sin exclusión.
¿En qué consiste crear buenas condiciones para que los alumnos aprendan?

Consiste en crear un lugar propicio, un clima en el que los alumnos/as se estimulen, un lugar en el que no se encuentren cohibidos y no se vean limitados por barreras, un lugar en el que el respeto entre compañeros/as esté patente y en el que todos participemos, un lugar en el que todos los alumnos/as opinan, debatan y construyan su propio aprendizaje, un lugar en el que sean ellos mismos los protagonistas y se sientan cómodos, un lugar en el que se despierte el interés y la motivación, un lugar en el que cada día quieran ir a más y no haya miedo al fracaso, un lugar en el que seamos conscientes de que como seres humanos todos cometemos errores y que por lo tanto de ellos también aprendemos.

¿Se puede medir el aprendizaje?

Pensamos que el aprendizaje no se puede medir, el aprendizaje es algo que tenemos en la mente y se relaciona con lo que uno hace o expresa, es algo abstracto con lo cual difícil de medir. A pesar de que muchos informes digan que a través de una serie de pruebas o preguntas se podría llegar a medir, nosotras seguimos pensando que no se puede, ya que un docente puede enseñar contenidos, valores o transmitir conocimientos pero nunca sabrá cuanto de lo que ha transmitido ha aprendido y adquirido el alumnado. Son tres conceptos distintos el de medir, calificar y evaluar. Quizás con algunas preguntas o pruebas puedas evaluar parte de lo que un niño/a adquiere en su proceso de aprendizaje pero nunca podrás saber cuanto.

domingo, 3 de junio de 2012

CAPACIDADES DOCENTES PARA UNA BUENA ENSEÑANZA


CAPACIDADES DOCENTES PARA UNA BUENA ENSEÑANZA

En la sociedad actual resulta bastante fácil para las personas acceder en cada momento a la información que requieren. Sin embargo, y también a diferencia de lo que ocurría antes, ahora la sociedad está sometida a miles de cambios que plantean continuamente nuevos problemas, exigiendo a las personas múltiples competencias procedimentales (iniciativa, creatividad, uso de herramientas TIC, estrategias de resolución de problemas, trabajo en equipo...) para crear el conocimiento preciso que les permita afrontarlas con éxito.
Por ello, hoy en día el papel de los docentes no es tanto "enseñar" (explicar-examinar) unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la inmensa información disponible y las potentes herramientas TIC, tengan en cuenta sus características (formación centrada en el alumno) y les exijan un procesamiento activo e interdisciplinario de la información para que construyan su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción pasiva-memorización de la información
Por otra parte, la diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas que pueden darse, aconseja que los docentes aprovechen los múltiples recursos disponibles (que son muchos) para personalizar su labor, y trabajar en colaboración con otros compañeros manteniendo una actitud investigadora en las aulas, compartiendo recursos , observando y reflexionando sobre la propia acción didáctica y buscando progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con las circunstancias (investigación-acción).

1)      Se aprende a ser profesor por ensayo y por error a través de la práctica y la experiencia. Los profesores novatos no saben aplicar los conocimientos aplicados en la universidad en el momento que comienzan y se enfrentan por primera vez a la clase.

2)      El profesor ha de elaborar su propia metodología; adaptándola l nivel de los alumnos según sus eficiencias o deficiencias de una forma didáctica; utilizando los libros como apoyo para desarrollar cada clase; pero siempre con la búsqueda de otras fuentes. El profesor debe fomentar preguntas ante los alumnos; antes no sabían planteado ellos mismos.

3)       Los docentes demuestran una alta efectividad en su desempeño, comprometiéndose con su labor, a través de unos conocimientos pedagógicos adecuados.

Capacidades básicas

-         Saber reaccionar ante las diferentes situaciones que plantean los alumnos.

-         El profesor debe reciclarse; al igual que los contenidos.

-         La experiencia es un valor relativo que se va adquiriendo y que depende de cómo lo veas.

-         El docente debe plantearse qué puede hacer para mejorar.

-         No solo se debe tener en cuenta la experiencia sino si esta es buena o mala; más o menos valiosa, es decir adaptar la metodología pedagógica de la manera más correcta.

-         El concepto de educación determina el tipo de profesor.

-         Se deben introducir elementos de justicia social (humildad, honestidad…) para que los alumnos se abran más.

-         Diferenciar autoridad y autoritarismo.

-         Tener habilidades comunicativas y cómo; cuando y dónde se dice.

-         En educación TODO hay que CONTEXTUALIZARLO

-         Preocuparse por conocer a los alumnos y adaptarse a ellos en la medida de lo posible para poder ayudarlos y así responder ante todo tipo de situaciones; alumnos o padres; además de averiguar el inicio y el por qué de esas situaciones.

-         Poner en práctica el curso PNL, técnicas que ayudan a sacar las cosas más profundas o nunca expuestas por el alumno.

-         El docente debe plantearse ¿Qué expectativas tengo con los demás?

-         Debe crear o intentar que se de un ambiente propicio para el aprendizaje.

-         Ser ejemplo de actuación y portador de valores.

-         No poner etiquetas a ningún alumno, ya que eso originaría el llamado
     “favoritismo” o la “discriminación” a unos u otros.

-         Derecho al error (NO A LA MENTIRA); porque del error se aprende.
EL ERROR PEDAGÓGICO ES MUY IMPORTANTE.

-         Los contenidos son pretextos, los alumnos deben adquirir competencias y criterios mínimos.

-         No se debe ir a por el alumno, sino que se hay que valorar sus cosas buenas y no tener tanto en cuenta las malas.

Las capacidades básicas del docente se ven asociadas con dos grandes dimensiones:

-         Dimensión cognitiva-académica, en la que se incluyen la cualidad y cantidad de saberes del docente.
-         Y la dimensión vincular.actitudinal, en la que se incluyen la transmisión de valores morales y éticos inherentes al ejercicio docente.

En este sentido, la formación y el desarrollo profesional docente parecen ser clave en los países que logran los mejores resultados educativos.



UNA PROPUESTA DE PARTICIPACIÓN EN ASAMBLEA Y COMISIONES EDUCATIVAS PARA LA HORA DE TUTORÍA.
Enseñanza basadas en "Proyectos".

Comenzamos exponiendo la conferencia del lunes, donde el maestro "Seba", nos expuso una serie de conocimientos  para potenciar, mejorar y valorar nuestra metodología en el campo docente, por lo tanto, queremos darle las gracias, por su dedicación apostando, por el cambio que necesita la sociedad, por su gran vocación docente en la enseñanza, dedicándose a aportar una mejora en la calidad educativa y trabajando con un aprendizaje, basado en comisiones o lo que también denominamos proyectos.

Los primeros planteamientos nacieron de una observación en los alumnos y esto  creó distintos deseos de indagación, en cómo proceder para llegar a una  participación por parte de los alumnos en el sistema educativo, situándose en una realidad  meramente esencial y primordial, por la que el colectivo educativo  tiene que fundamentarse para lograr un cambio, que ejerza un principio de manera instintiva y consistente .  El alumno no valora todo el espacio, los recursos y materiales, no hay un sentido de sensibilidad, ya que no se le ha despertado la necesidades que vincula o despierta el menester de dicho requisito.

 El pensamiento de que la participación de los alumnos, no consistía en levantar la mano para expresar  lo que necesitase, es mucho más,  transciende a sus necesidades y lógicamente, llega a crear una reflexión en temas; como la integración y el aprendizaje en las aulas,  y sobre todo, un planteamiento que parte de esas realidades de los alumnos y donde  los niños y niñas  tienen que ser el eje conductor de la actividad.




Grupos programados por Comisiones.

Potenciar la  actividad que tienen los alumnos, para que sientan la necesidad de participación en asociaciones, coordinaciones y juntas de alumnos. Con ello, se consigue, que sean  ellos mismos protagonistas, con la trascendencia que implica  un cambio y  de una forma más natural , crear consciencia  sobre la complicidad  en la enseñaza de los niños y niñas, que intervengan en el control y gestión sobre las instalaciones del centro, materiales o medios. Así como distintas actividades, tanto extraescolares como curriculares, trabajando los espacios de ellos (salas  de estudios, etc). De ahí parte la identidad y pertenencia de cada uno de ellos y son los verdaderos autores de los proyectos escolares.

Hay que tener  presente  las consecuencias de la cultura disciplinar y de una organización monolítica, por lo que se necesitan unos valores que den forma a distintas ideas compartidas, de forma que se potencia la socialización entre ellos, tras la participación activa de los alumnos y las alumnas.

Otra de las consecuencias existentes es la falta de motivación para tener iniciativas, transformaciones, mejoramiento y proyecto en el ámbito escolar. Ellos necesitan ser estimulados para adquirir estas necesidades, como docentes es fundamental inculcarles estos hábitos, ya que el aprendizaje es para ellos y por ellos, llegando a ser como hemos dicho antes los protagonista de esta función.

El pensamiento de un sistema impuesto por obligaciones y represiones, obstaculiza el caminar y la trayectoria de las necesidades y hábitos educativos. Los alumnos deben experimentar la motivación y reaccionar  con la necesidad de incrementar la  búsqueda y de sus puntos débiles, como tener presente y resolver  los frecuentes conflictos, tanto  personales como entre ellos. Por este motivo, es importante que se adquieran compromisos y que asuman responsabilidades respecto al entorno escolar.
Debemos participar en una cultura de participación en nuestras escuelas con cambios estructurales y con plataformas estables que propicien una mayor participación. Teniendo en cuenta que debe haber una cultura democrática con vías y espacios que puedan proporcionar, actuar, transformar y criticar; a través de reuniones , revistas, folletos, tablón de anuncio y salas de alumnos con un entorno creativo, deportivo, artístico y social. 

Diversidad Cultural.
Debe de transmitir un sentimiento de encuadramiento de pertenencia con la consolidación de identidad , además una posibilidad de control sobre la gestión y una interrelación entre iguales. Propicias para la utilización de dinámicas asamblearías, comisiones y juntas de alumnos.

Tenemos que tener en cuenta la importancia de la participación, en la cabida a la  cultura de la diversidad para aumentar las inquietudes personales diferentes, peculiaridades étnicas, iniciativas y proyectos. Los alumnos se tienen que sentir iguales pese a su diferencias de edades, inquietudes e ideales, para ello se organizan en grupos de comisiones, donde  se permite un agrupamiento flexible y heterogéneo. 



El trabajo educativo está programado por comisiones y cuya organización parte de grupos de edades homogéneas, que se reúnen en Asamblea  General. Con su participación e intervención deciden lo que van a realizar, partiendo de una Orden del día escrita en la pizarra, con toda una jerarquía: presidente, secretario y moderadores, donde es importantísimo el turno de palabra. Entramos en las actividades de roles, donde la participación por parte del alumnado tiene una eficacia por encima del 50%. Ellos presentan propuestas donde se tramita su discusión y tramitación. Utilizan recursos como informes, cuestionarios, dinámica de grupo y reuniones de portavoces. 

Hay una predisposición entre ellos produciéndose felicitaciones, críticas y propuestas en clase, que implica en ellos una gran participación, son ellos los que crean necesidades, situaciones y propuestas de sus propias necesidades. Creando un ambiente propicio a sus necesidades e involucrando a todos a proyectarlas, proporcionando una interacción tanto en el entorno como en lo social.
Teniendo en cuenta este grupo de comisiones, su forma de trabajo e investigación el docente tiene un papel distinto a lo tradicional, es decir, él tiene un voto más, lo niños lo integran  y ni manipula ni dirige el comportamiento de ellos, su principal función es además de observar, es aprobar la propuesta de trabajo realizada por ellos.

Estas comisiones entablan distintos colectivos de trabajo, como comisiones de  revistas escolares, de deportes, de  campañas, de cocinas, de medioambiente, de       celebraciones, de  aprendizajes en tareas domésticas, con la participación voluntaria de los alumnos como de los propios docentes. De esta forma se trabajan las ocho competencias de una forma más integradora y participativa, donde los valores se adquieren en cooperación de cada uno de ellos y con lo primordial y más necesario en la enseñanza de ellos; aumentando la necesidad de aprender de forma que no se necesita una disciplina autoritaria, por lo contrario, lo que tiene que tenerse en cuenta es que cuando un alumno es agresivo, normalmente es provocado por la falta de motivación y atención hacia ellos.